Wrestlemania XL: más que una carta de amor.

Voy a ser sincero: no me había sentido así de emocionado en un show de wrestling de la E, al menos desde hace una década. Si hay algo que a mi en lo personal me fascina, desde que empecé a ver wrestling, es más que simple spots bien realizados, movidas técnicas etc., si no lo que le da sentido a todo lo que uno ama de esta industria: contar historias que te atrapen, que suspendan tu incredulidad por un instante.  Y eso es lo que se vivió en las dos jornadas de Wrestlemania, en su edición 40.

Para un tipo sobre su cuarta década y que se envició de este entretenimiento con 17 años, junto a los videojuegos, es lo único que ha calmado, el duro devenir de la vida adulta. Ver un show de lucha libre, sea la promoción que sea, en vivo o por TV y/o Internet, son de las cosas que hacen escapar por un instante, de un mundo caótico y sin rumbo. Sin embargo, llevaba al menos 10 años sin preocuparme mucho por lo que pasaba. Veía algunos combates, uno que otro evento, pero nunca completos, como éste. Algo me hacía creer de nuevo en historias heroicas, construidas para que el protagonista, se alzara con el triunfo ante el villano y su séquito. Algo simple, directo y sin medias tintas.

Wrestlemania, desde la primera edición, siempre se ha destacado por ser la «vitrina de los inmortales». Aunque algunos lo nieguen, tener su momento en el show de shows, en el escenario mas grande todos, es el sueño de cualquier profesional de esta disciplina-espectáculo. Aun así, hace varios ya que, a pesar de la pirotecnia, espectáculo etc., ya no encantaba. Se había perdido ese cariño y emoción que solía representar. No fue hasta que un tal Paul Levesque, empezó a tomar ciertos roles dentro de la E, para que la cosa empezara a funcionar de nuevo.

Como quien espera el nacimiento de un hijo, uno espera el main event, ese donde las historias construidas, convergen en un apoteósico final. Eso era algo que se había perdido y que no siempre dependió de los intérpretes, productores y escritores, si no de quien era la ultima palabra. Sin embargo este era especial, ya que se sentía no solo como el final de una historia, si no un paso de antorcha y el comienzo de una era, donde el señor M ya no tendrá nada que ver. Y donde 4 protagonistas nos tuvieron al borde del asiento.

Los protagonistas.

Roman Reigns.

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el emperador a vencer.☝️

El Jefe Tribal, la Cabeza de la Mesa de la dinastía samoana. Durante casi 4 años, ha sido el campeón indiscutible de la E, con un personaje engreído y que demostraba poder, grandeza y mañas, como todo heel que se precie. Alguien que parecía invencible y que acumulaba no solo días y rivales en el camino, mientras ostentaba su corona, si no que también, especulación de quien podría bajarlo del trono. Un camino que hay que decir no le fue fácil, porque siempre fue resistido por el respetable, ya que veían en el, el capricho del señor M, como una nueva cara de al empresa. Al final, gracias a su alianza con Paul Heyman y el cambio a rudo, se posicionó como tal y el rival a vencer.

Mucho se habla de que fue puesto a dedo, y en efecto fue así, pero mas por un capricho del anterior CEO que por algo orgánico. Nunca tuvo apariencia ni personalidad para ser el nuevo héroe, por lo que ahora, siendo el villano, cosechó más éxito y demostrando que éstos, perfectamente pueden cargar la compañía, sin necesidad de tener que cambiar su esencia. Construyó un reinado en el que todos esperaban verlo caer y no ocurría. No hasta el domingo 8 de abril, donde un solo error, le costó la caída de su imperio.

Cody Rhodes.

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Real Chosen One.

El verdadero «Elegido», no por una directiva ni presiones, si no por la gente. Hijo del legendario Dusty Rhodes, uno de los hombres más influyentes de pro wrestling en EEUU, parecía por sangre, estar destinado a la gloria desde antes. Sin embargo, malas decisiones creativas en la E. un personaje que lo estancó (Stardust) y ver que aun le faltaba encontrarse consigo mismo, lo alejan un tiempo de la compañía. Viaja Japón, donde es parte del Bullet Club. regresa ganando el NWA Heavyweight Championship, mismo título que ostentara su padre, pero lo más importante, es parte fundadora de una empresa que hoy por hoy, es una alternativa seria al «entretenimiento deportivo»: AEW.

Sin embargo nuevamente los fantasmas del estancamiento y malas decisiones, lo hicieron salir de ahí. Es cuando es llamado de nuevo al redil y regresa esta vez, en sus propios términos y empieza poco a poco a escalar. Llega a WM 39 como retador, perdiendo ante el Jefe Tribal, pero en ese año recién empezaba a delinearse el final de su historia, con sendas victorias sobre Brock Lesnar, la Bestia Encarnada, quien en su enfrentamiento final, le estrecha la mano, mostrándole al mundo, al que deben seguir.

Con todo en contra, llega a la monumental batalla de Wrestlemania y después de minutos de tensión, que no dejaba a este servidor, levantarse del asiento, pudimos ver como cerraba el ciclo del mas dominante reinado de la E, en el presente siglo. Necesito buscarse a si mismo, caer y levantarse. Su historia personal, llevada al personaje, hizo que el respetable que alguna vez lo vio con indiferencia, vitoreara su hazaña.

Los enforcers.

Seth Rollins.

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En busca de la redención.

El hombre clave. El «Visionario», tenía historia con Reigns, su antiguo camarada y amigo cuando eran The Shield, hasta el día de la traición, una década atrás. El mismo que además, le privó de la gloria en su primera lucha titular y main event, al futuro Jefe Tribal, al canjear el maletín del Money In the Bank esa noche de Wrestlemania 31. Aliado a la autoridad, campeón de la marca y enfrentado a sus hermanos en 2016, poco a poco, empezó a entender que obró mal. Se volvió el visionario, pero también el redimido en esa noche de WM XL. Se enfrentó a Cody en su regreso y eso lo  hizo despertar. Dos años después, le da su palabra de que será su «escudo», incluso si lo perdía todo.

Rollins siempre ha sido un talentazo, no solo en habilidades in ring, si no en como contar historias. La de él en particular, es una de aquellas que a largo plazo, todo encaja. Después de obrar mal, traicionar a sus hermanos y viéndose alejado de los planos estelares, busca enmendar el rumbo y lo consigue en una memorable intervención, que es lo que decide el destino. El autosacrificio, aun a costa de perderlo todo, es la forma de expiar los pecados del pasado. Una historia digna de novela.

The Rock.

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The Great One, reinventándose como siempre lo ha hecho.

El último invitado, siendo este, un símil a su nombre. El era en el papel, quien enfrentaría a la cabeza de la mesa en WM, pero nunca nadie imaginó que Cody llegaría a terminar su historia. Viendo eso, el como su grandeza y presencia era desplazada, se une al Jefe Tribal y se convierte en el Final Boss, haciendo lo que mejor sabe hacer, cuando lo pillan de malas: pasarse por el arco del triunfo los formalismos, insultando y atacando a Rhodes, no solo con palabras, si no con acción.

Hay algo que tiene el buen Dewey y es que hace que nadie sea indiferente a su presencia. Es cierto que el plan original era enfrentarlo como face a Reigns, pero en vista de que el público no estaba de acuerdo, cambió  sobre la marcha y nos dió un memorable villano y con esto, consiguiendo un momentum que dio pie a una de las mejores historias de la E, en mucho tiempo. Honor a quien honor merece.

Los detalles.

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El final del camino, no sería épico sin un relato acorde a ello.

Una historia, sea una novela, un cuento etc., siempre se alimentan de detalles. Construir un relato que sea convincente, debe tener muchas vertientes que en algún punto convergen para cerrar. El escritor, el hombre de las ideas, debe tener claro esto, especialmente cuando se llega al final.

La historia entre Reigns y Cody Rhodes está llena de esos detalles que dieron pie a un final épico. El primero de ellos, era como la sangre al final, tira más que el orgullo. The Rock usando su recién adquirido poder, se une a la cabeza de la mesa, para impedir que alguien altere el orden y el dominio samoano. Usando su influencia, se burla de Cody, de sus fans e incluso del legado de su familia en cada presentación que tuvo. Usa su poder e influencia para cambiar todo a su favor. (Nota: al final el carreo todo el evento hasta el clímax, viendo que Reigns en al vida real, debe hacerse controles periódicos para su tratamiento de leucemia). Fue sin duda el Final Boss que se necesitaba, cuando se le requirió.

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El momento que lo cambia todo.

Sin embargo, más allá de las leyendas que aparecieron (Cena y Taker), el verdadero apoyo ante la desventaja que tuvo Cody fue Seth Rollins. Ese detalle, obtenido de un storyline que lo ha involucrado con Reigns desde que debutaron como The Shield. Al sonar el tema de entrada de este último y su aparición con el uniforme del escudo, daba a entender que Rollins estaba ahí para cumplir su promesa de ser dicho escudo. En los momentos finales, Reigns se distrae, ve a su antiguo hermano y el rencor por la traición 10 años atrás pudo más, que dar punto final al sueño del American Nightmare. Le devolvió el favor a Rollins de la misma manera que él hizo para destruir su hermandad. Eso dio tiempo a Cody para recuperarse y ganar la lucha. Rollins cumplió su palabra y tuvo su redención. Como diría alguien «Cine».

Palabras finales.

Este servidor lleva viendo Lucha libre al menos desde principio de los 90, con la seria estable CMLL y ya finalizando la mejor década de la historia, con la entonces F, desde 1999. La misma empresa que había perdido la brújula hace rato. Aun con su posición como la número 1, en el 2000 y los 2010, ya no me sentía del todo conforme con el producto, donde los caprichos del antiguo dueño, el señor M, y su avanzada edad, dejaban de manifiesto, que ya no existía esa magia que te atrapa.

Para mi el wrestling es simple: no se trata de solo el desempeño in ring, si no de la historia que me quieran contar. Con Internet ya no es difícil saber quien gana y quien pierde, sin embargo, uno suspende su incredulidad, y espera un relato que valga la pena. Eso es precisamente lo que nos dieron el fin de semana de Wrestlemania.

Agradecido de poder ver algo que realmente, lograra sacarme de la incertidumbre que es la vida y la realidad, donde nada se da por seguro, donde el bueno pierde mas que gana y mantener la frente en alto y tus principios firmes, cuesta mucho en un mundo hoy, hedonista y descreído. Como dijo el fallecido Windham Rotunda:

«el wrestling es mas que una historia de amor. En un mundo lleno de odio, violencia y avaricia, es lo único que finalmente, al llegar a la cima, te entrega esperanza».

Solo nos queda agradecer no solo a los protagonistas, si no a todos aquellos que hicieron posible esto, sean escritores, productores e incluso la gente tras la producción misma del espectáculo, como camarógrafos, diseñadores, hasta la gente del catering.. Y esperemos que esta nueva era que comienza, ya sin el Sr. M haciendo cambios caprichosos, nos permitan volver a creer. Hasta el siguiente magno evento.

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