Después de mucho tiempo, al fin pude ver esta película. Pasaron 3 largos años evitando toda clase de spoilers, reseñas y escenas de la cinta, a pura fuerza de voluntad (si se puede estimados lectores, aun en tiempos de Internet) y pude disfrutar de un gran filme de ciencia ficción. La secuela de una pieza maestra, que he disfrutado de niño, adolescente y ahora de adulto: Blade Runner, quizás una de las cintas mas influyentes de este género del cine. Su secuela llegó en 2017 y como no podía ir a verla al cine (temas personales y laborales), recién la pude disfrutar hace no mucho.
Blade Runner, la original.
Para empezar, primero hablaré de la original: basada parcialmente en la novela futurista de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con Ovejas Electrónicas?, cuenta la historia de una Tierra decadente en el año 2019, donde la mayor parte de la Humanidad ha emigrado a colonias espaciales, llevando consigo androides llamados replicantes, los cuales, son idénticos a los seres humanos, aunque dotados de mayor fuerza y resistencia, los cuáles a la vez son usados como esclavos en dichas colonias. Cabe destacar que los que se quedan en la ya dañada Tierra (después de una Guerra Nuclear), son lo «mas bajo de lo bajo». Sin embargo, un grupo de replicantes se rebela y huye a la Tierra, donde se mezclan para vivir entre los que pocos habitantes, quienes se encuentran concentrados en ciudades como Los Ángeles (un ambiente lleno de luces de Neón). Aquí es donde aparece la figura de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner, policía encargado de «retirar» a estos replicantes, cuyo modelo -Nexus 6-, fabricados por Tyrrel Corp. solo tienen una vida de 4 años. A medida que va realizando su trabajo, conoce a Rachel (Sean Young), replicante modelo Nexus 7, de quien se enamora, lo que empieza a provocar cierto conflicto en él. Mientras Roy Batty (Rutger Hauer), intenta reunir a los fugitivos, quienes no se distinguen de los humanos reales, salvo que son más fuertes y ágiles, pero carecen de la empatía humana.
Si bien fue muy tibia la recepción y recibió críticas mixtas, con los años se convirtió en una pieza fundamental del cyberpunk y la ciencia ficción. Recordado es el monólogo final de Roy Batty, el cuál era mas sencillo y carente de «alma» originalmente, hasta que Hauer, el actor que lo personificó, decidió modificarlo. Dirigida por Ridley Scott (la saga Alien, Gladiador) y guionizada por Hampton Fancher, tuvo además la música de Vangelis, compositor griego de gran trayectoria. Es una película que muchos creen que es mala por estar «carente de acción», como estilaban las pelis futuristas de entonces (y aun hay quienes creen que sin rayos laser o batallas, son aburridas). No es nuevo en todo caso, ya que la serie Star Trek original fue cancelada a la tercera temporada, por carecer de dicha acción -y eso en los 60, donde aun abundaban escritos de ciencia ficción de las revistas de la época-. Aun así, con el tiempo se ha sabido apreciar y permitió conocer y adaptar otras obras de ciencia ficción del autor de la novela, como Minority Report.
Si bien hace años se hablaba de una posible secuela, nunca se concretó algo hasta mediados de esta década. Aun así entre grupos de fans y ya con el poder de Internet, empezaron a armarse especulaciones, especialmente con referencia al final de la película. Muchas teorías salieron a la luz, debido al intrigante clímax, especialmente dedicados a saber si Deckard era o no un replicante. Esto es lo que resuelve la secuela.
2049.
Antes del estreno de esta película, Dennis Villeneueve solicitó a un par de directores amigos de él, crear 3 cortos, esto con motivo de explicar lo que ocurre entre ambas películas (además de enganchar a la gente que no conoce la primera).
El primero llamado Blade Runner 2022: Black Out, es dirigido por Shinichiro Watanabe (Cowboy Bebop, la original. No el menjunje que pretende hacer Netflix), y como ya deben imaginar es un anime. Relata acontecimientos 3 años después de la películar original y lo que ocurre con los replicantes Nexus 8, los cuales no tienen la limitante de vida de 4 años y que produce un descontento «social», que provoca disturbios y persecución a estos modelos. Trixie, una replicante de «placer» e Iggy, uno de guerra, deciden terminar con aquella persecución. Lo pueden ver aquí.
El segundo corto, nombrado Blade Runner 2036: Nexus Dawn, fue filmado por Luke Scott, hijo de don Ridley. Es la presentación en sociedad de quien será el antagonista: Niander Wallace, interpretado por Jared Leto (reivindicándose, despues de su fracaso con el Joker de Suicide Squad). Aquí el solicita que se levante la prohibición de los replicantes, presentando su versión de estos, los cuales son más obedientes. Pueden verlo aquí.
El úlitmo, también dirigido por Luke Scott, Blade Runner 2048: Nowhere Run, es un corto con otro personaje clave (y que aparece en una pequeña secuencia del primer corto): Sapper Morton, interpretado magníficamente por Dave Bautista (nuestro conocido Batista para los fans de la E). El es un replicante Nexus 8, que aquí se muestra en las calles de una distópica Los Ángeles, ocultando su identidad y viviendo como un «granjero de proteína». Sin duda el papel más serio y que demuestra que el buen Batista, puede hacer mas cosas que ser un héroe de acción. Lo pueden ver aquí.
Y ahora si, después de este último corto, damos el salto a Blade Runner 2049. Han pasado 30 años, desde que Roy Batty y sus aliados replicantes fueron «retirados». La película comienza con un policía de la futurista Los Ángeles, un replicante, de nombre K (Ryan Gosling), el cuál está en misión para encontrar a uno de los Nexus 8 que aun quedaban en actividad: el mencionado Sapper Morton, al cual debe eliminar. Al encontrarlo y antes de que muriera, este le menciona que fue capaz de presenciar un milagro. Antes de irse de la granja en la que habitaba Morton, al lado de un árbol seco, descubre enterrada una caja con esqueleto de una mujer. El gran secreto que guardaba el replicante, no es otro que una de ellos «embarazada», algo que era virtualmente imposible. Su superior, la teniente Joshi (Robin Wight), deduce que ella pudo ser la replicante desaparecida hace 3 décadas, de nombre Rachel (Sean Young) y le ordena a K, retirar y eliminar todas las pruebas del supuesto «niño». K se retira a su hogar en los suburbios de Los Ángeles, donde convive con una mujer holograma llamada Joy (Ana de Armas). Sin embargo empieza a tener sueños de una niñez donde aparece un caballo de madera en sus manos. Pensando que pudo ser implantado, K inicia su propia investigación, especialmente para buscar respuestas de lo que pasó hace 30 años, aun cuando los archivos existentes, desaparecieron con el gran apagón (visto en el primer corto) y dar con la única persona que puede responder el misterio: El desaparecido agente de la LAPD Rick Deckart (Harrison Ford), algo que también busca el creador de los nuevos replicantes, Niander Wallace. Por otra parte, dentro de esta misma investigación, aparece el Movimiento de Libertad Replicante, quienes encargaron a Morton, cuidar de Rachel y del niño por nacer.
Impresiones.
Tres años esperé sin siquiera leer un spoiler, ni ver alguna reseña ni nada por el estilo. Eso gracias a mi carácter ermitaño (?), y valió la pena. Me encontré con una cinta, no solo destinada también a convertirse en una de las mejores del sci fi, si no que además, respeta íntegramente la original. Vuelven a aparecer los Spinner, esos autos voladores y además aun mantiene la imponente presencia de una Los Ángeles, llenas de Neón y marcas ochenteras, como Atari y Pan Am. ambas empresas quebradas hace años. La idea era que la ambientación, aun 30 años después, mostrara el poder de las corporaciones en un mundo distópico. Siendo la original, conocida como un referente del cyberpunk en el celuloide y una obra de culto. Por esa razón Villeneuve tuvo mucho cuidado en respetar el espíritu de la original, tanto en las actuaciones como en la ambientación. Lo mismo pasó con la música. Esta vez el legendario Vangelis no participó en la banda sonora y en su reemplazo fue seleccionado Hans Zimmer -secundado por Benjamin Wallfisch-, otro genio pero que decidió respetar la paleta de sonidos de sintetizador que el compositor heleno usó en los 80, siendo un soundtrack tan envolvente como el original (para muestra un botón aquí). Si añadimos las mejoras del CGI, tenemos una obra maestra visualmente hablando.
Sobre la película en si, tiene puntos altos y bajos (alerta de spoilers). Tal como decía, K es un replicante y se comporta como tal. Es un de los modelos nuevos, totalmente obedientes pero que posee «recuerdos», lo que hace que entremos a dudar de su naturaleza, tal como paso con el mismo Deckart en la primera. Por regla general, los replicantes no poseen recuerdos salvo que sean implantados y esto estaba prohibido, pero nos mete de lleno en la película, aunque no es después de 120 minutos en que al fin vemos al buen Deckart, oculto en lo que fue alguna vez Las Vegas y que es zona radiactiva. Acá me hace eco y es el por que pareciera que aparte de la edad, no se ve afectado en un lugar así. Bueno tampoco es que esta aclare realmente si Deckart era un replicante, sin embargo, a medida que llegamos al clímax, queda mas despejada la duda.
Lo que si encontré algo forzado fue el movimiento clandestino de replicantes que aparecen formando un ejército y quienes custodiaron al «retoño» de Deckart y Rachel, que hace un cameo tal y como uno la recuerda e interpretada por Sean Young nuevamente, aunque no es la original. También Gaf (Edward James Olmos) ex compañero de patrulla de Deckart, aparece aunque brevemente. Volviendo a lo del ejército, parece ser que quisieran hacer una secuela de esta, algo que encuentro estaría demás. Y el final, si bien fue algo precipitado, conecta bien y resuelve definitivamente el problema, pero con un giro enorme. Y vuelve a sonar esa bella pieza de Vangelis, «Tears in Rain«.
Para terminar, ciertamente tiene sus puntos flojos y quizás algunas cosas quedaron al aire por decirlo así, sin embargo es lejos, una de las mejores películas de la década que termina, aun sin alcanzar la épica de la original, pero la respeta y cumple. No es difícil de seguir ni de entender y si bien, no tiene acción a raudales, hay que entender -por favor- una cosa importante: la ciencia ficción, no se trata de batallas con armas láser ni robots. Es un género literario y también audiovisual, con historias que mezclan la imaginación humana, la ciencia hasta donde conocemos, por lo tanto puede ser dramática y hasta cómica -aunque de esto último, no he visto mucho-. Y lo esencial de una historia es como se va construyendo hasta el clímax final. Esto último válido para todo tipo de género.
Con esto me despido. Valió la pena esperar y aguantar leer spoilers y cosas así que arruinaran la sorpresa, aun en tiempos de Internet.
Como no podía faltar, el tema de los créditos pero de la original que marcó una época (y faltó en esta).
Desde la otra vereda 