La entrada al Villa Alegre, era muy distinta hace 14 años. Esos días de octubre de 2007, no tenía mucho que hacer recuerdo, ya que la faena en la pega que tenía, había terminado, así que entre pitutitos y demases, esperaba la oportunidad de mi vida. Ese tiro que podría disparar el año siguiente.
Recuerdo que me había comprado un mp3 IRT, el primero que vi con batería interna. Parecía nave espacial (?). Clásicos ochenteros y noventeros mas que nada y 1 gb de capacidad era bastante. Mas de alguna tarde, me sentaba en el «cerrito» de la entrada, donde estaba el busto del Abate Molina, para matar el tiempo mientras escuchaba el playlist.
Ahora hay una «escultura» con el escudo del pueblo. Una que la verdad, me recuerda que inyectar recursos, no va de la mano con la calidad del proyecto. Hay cambios que lamentablemente, están demás y responden solo al ego de los que lo promocionan.
En fin, hay que agradecer que por lo menos, aun se puede andar tranquilo. Al menos de día. Y hay que apreciar eso.