
Hoy en la mañana después de terminar mis quehaceres laborales, estuve revisando un poco los diarios digitales. Salió una noticia sobre la “supuesta” aparición de una imagen de la virgen en un ventanal de un hospital en Malasia y la devoción que causó. Siempre me han parecido curiosos, por decirlo menos, estos fenómenos y como la prensa los anuncia –seguramente para llamar la atención como todos los titulares-, ahora mas me sorprenden los comentarios. He notado muchos creyentes incluso defender estas supuestas apariciones de entidades divinas hasta en las tostadas del pan o el trasero de un perro. También están los que lo consideramos una simple pareidolia, y aunque lo digamos con el mayor de los respetos, dicen que no los respetamos en sus creencias. Es cierto que hay algunos que denostan hasta gratuitamente, sin embargo son más los creyentes los que realizan esto.
En alguna etapa de mi vida fui un cristiano creyente. De hecho la biblia la leí completa cuando niño. Sin embargo mi pasión por la Historia me llevo por derroteros más profundos. Luego vendría la lectura de revistas y libros de corte científico y el documental Cosmos que daban en la mañana. Aprendí a conocer otras corrientes cristianas y otras no tanto. Me instruí sobre la historia y fundamentos de otras religiones y empecé a darme cuenta de que las creencias que tuve de niño en otro lado del mundo no eran compartidas. Fue ahí cuando me cuestioné si en verdad todo lo que creía estaba correcto o no, me di cuenta mucho después de que estas no satisfacían mi pensamiento ni mis ganas de aprender al ser tan limitadas y las cambié definitivamente. Fue como una liberación, dejar de presionarme en hacer las cosas bien por cumplir y hacerlas porque simplemente es lo correcto y me satisface hacerlas. Al cuestionarme lo que creía me sirvió para entenderme mejor y también a mi entorno.
Ahora la pregunta de rigor es ¿son incuestionables las creencias? Por supuesto que no, si bien todos tenemos en cierta medida creencias, en mi caso son muy personales y si bien pueden compartir algunas cosas con las más masivas no significa que no me las cuestione con el correr del tiempo. Lo mismo pasa con las creencias mas masivas y cualquier tipo. No hay nada de malo en hacerlo siempre y cuando se respete a la persona. Es cierto que muchas veces caemos en la burla gratis o el trolleo fácil porque cuesta –y mucho- empatizar con el contrario, sin embargo las ideas, creencias y hasta teorías científicas son cuestionables siempre y cuando no tengan evidencia comprobable y se note confusión y falsedad en sus postulados. Separar eso si, a la persona de sus creencias suele ser difícil sobre todo cuando estas las defienden como si se fuera la vida en ello, es más, hasta los mismos creyentes desprecian a los que no creen en lo que ellos si, incluso cuando son cuestionados y no les queda argumento alguno para defenderse son capaces de hasta insultar y amenazar (como me ha pasado).
El pensamiento crítico y el escepticismo no son moda, son algo que se debe cultivar. El tener cierto dominio de algunas disciplinas científicas, no te hace menos proclive a caer en pseudociencias o movimientos religiosos. Tampoco las humanistas como la filosofía, es un complemento de muchas cosas, incluidas estas, además de las experiencias vividas y el conocimiento más profundo de la historia humana. Un profesor siempre me decía que la Historia no es solo un conjunto de datos y hechos pasados sobre lo que somos que se memorizan. Es como un arca vacía si no se aprende de él. La Historia sirve para desarrollar ese espíritu crítico necesario para no cometer los errores que esos datos nos muestran de nuestro pasado. La filosofía para darle un razonamiento a lo que sucede en nuestro entorno y los acontecimientos que han sucedido y suceden. La ciencia nos sirve para aprender y experimentar con nuestro entorno y saber empíricamente lo que somos y como interactuamos con nuestro entorno. Han sido herramientas importantes en nuestro desarrollo humano, y son las que nos ayudan a cuestionarnos todo lo que nos rodea y aprender de él. La creencia en cambio es dogmática y algo que impide nuestro pleno desarrollo como personas. Combatirlas con argumentos es una forma pero sin caer en el insulto gratis. Cuesta pero hay que intentarlo.
Nada es incuestionable en nuestro mundo. Ni siquiera aquellas creencias que nos infundaron cuando niños. Cuestionar es un acto humano, un privilegio que nuestra condición como especie nos ha otorgado. Usarlo con criterio es algo que debemos aprender siempre. Hasta otra.